miércoles, 30 de diciembre de 2009

Un nombre minúsculo y suburbial hubiera pasado desapercibido en el estruendo.
La explosión que provoca la misma canción todas las mañanas. Todas serían una sola. Esta mañana.
Tú también me provocas. Naúseas. Y no te lo tomes a broma. Las bromas se acaban cuando empieza el invierno. Mentiras.
Me retuerzo en la silla manchada de licores humanos. Manos. Avalanchas de extraños.
Suenan los gritos, golpes de bateria con un ritmo sistemático, impronunciable...incomprensible para quien no lee entre luces. Palabras epilépticas. Bailes tintados.
Maldita bomba. Se me sale por la boca. Incisivos clavándose en el cuello de quien puede respirar. Again, again. Again.
Descontrolo. Creces y desapareces. Pierdes y desmereces. me mareo. Mierda puta. Maldita verborrea. Me vuelvo completamente loca. Las manos me van solas. Como si me hubiera metido la más dura de todas las puras.
Esto es tuyo. Todo es tuyo. Cuánto quieres. Las preguntas se me vuelven retóricas cada vez que no consigo hacerlas.
Crece el odio. Irreplimible, constante. Nunca fue tan crudo. No fue así. Pensaba. Pensaba.
Ahora qué. Si me dejo llevar. De qué sirve. Me amareo. Joder.
Estoy jodidamente ida. Estoy metida en mi puta cabeza. Da vueltas. Mis dedos sólo han ido tan rápido un par de veces. Sonrío. Recuerdo que han sido bastantes más. Sonrío de nuevo.
Me ha costado darme cuenta. Esto no es lo mio. No puede ser.
Y he vuelto a perder el control. Again.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Luces de puticlub anuncian la Navidad.
Me autoregalo otra oportunidad.

Cambio de planes, adelanto a la siguiente pista.
Ritmos frenéticos acompañan a esta locura.

La ola polar quema mis ideas.
Me tiemblan las rodillas.

Hilo atascado en una aguja oxidada.
Inyectarse un día más.

Flores de plástico burlando a la muerte.
El tiempo no se nota donde no existe.

Carreteras secundarias al edén.
He venido para quedarme.

Ramas reflejándose en una mesa de jardín.
Hoy la luna me cabe en las manos.

Me salen las palabras a trompicones.
Borbotones. Moretones. Ilusiones.

martes, 8 de diciembre de 2009

Cruzo en rojo, me niego a esperar a que se abran las paredes.
Me cansé de este duermevela, de caminar sin rumbo, de mantener la velocidad.

Vertederos intrapersonales perdidos de la mano de quien que todo lo ve.
Piso los andenes mientras busco la salida más lejana a ti; a este paseo.

Chorros de agua fría colman el vaso, recorren mi espalda.
La fantasía y la realidad se unen para crear un horizonte infinito.

Los sueños siguen siendo sueños, existen aunque no los tenga.
Demasiado cansada para estar despierta, demasiado despierta para descansar.

Me marean las líneas del suelo, me ahoga el cielo si está cerrado para mi.
Ángeles pecaminosos, chaqueteros, desertores.

Me llevan, me voy.

martes, 1 de diciembre de 2009

Toc-toc. Me falta el aire en esta fosa.
Deja de intuir y comienza a preguntar.

Verdades que dejan de serlo cuando salen de mi boca.
Mentiras que dejan de serlo si te miro a los ojos.

Locura. Gritos silenciosos bajo el suelo.
Odio todas las canciones en las que apareces.

Siempre la palabra prohibida asustó a los demenos.
Nunca la palabra prohibida estuvo en mis planes.

Tic-tac. Se amontonan y se secan las ideas.
Lo cuento ahora que no tengo miedo a lo que digas.

Los muertos hablan por la certeza de un final.
Los vivos callan por la ilusión de un mañana.

Oscuridad. Fantasmas de nosotros mismos.
Me asusta el tiempo que pierdo vagando en la nada.

El miedo a ser olvidados nos empuja al rechazo de lo que deseamos.
El miedo a ser rechazados nos empuja a ser olvidados.

Grietas. Me quitaré toda esta mierda de encima.
Desenterramos nuestros miedos y escupimos.

martes, 24 de noviembre de 2009

Primeros acordes.
Dos rubias se dan la mano; te pego un sorbo y bailamos.

Adelanto acontecimientos.
Música para idas y venidas; nunca me hubiera descrito mejor.

Tres minutos y cincuenta y nueve segundos.
Aplausos silenciosos; un cigarro en una mano y mi amiga en la otra.

Puro éxtasis.
Especias y aditivos, secretos de nuestro mal-demonio.

Fin de la última parte.
Encendemos la noche, manchando de ron este homenaje.

Seguimos las roderas.
A falta de miga, nos fiamos de las pájaras.

Recuerdo mi futuro.
Alfiler de burdel, muérdele. Pínchame.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Ojo de azoteas, de pájaros que necesitan una parada para seguir su camino.
Mi mente vuela alto mientras me arrastro por el suelo.

Lunes de esperas, de cigarrillos en el rellano de tu escalera.
Donde estudio un idioma que aún no entiendo. El de los besos.

Robo tus sentimientos y los hago míos, robo todo aquello que no cabe en los bolsillos.
No hay sentimiento común. No creo en la palabra normalidad.

Las cosas no pierden su sentido porque nunca lo tuvieron.
Hago borrón y cuenta nueva. Contrarreloj empezando de cero.

Me entretengo en las callejuelas más oscuras, silenciosas, solitarias y después despierto.
A dónde voy si me pierdo en cada acorde de tu pecho.

Analizo sonrisas sin arrugas, no escucho...voy más allá y me enredo.
A los diez minutos soy la mitad de algo que está lejos.

Vuelvo a mi estado natural, a ser un buitre con los ojos aún más oscuros que el negro.
Acechando desde lo más alto. Allí donde empezaba esta entrada.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Comprando sonrisas, ahogando los pensamientos que no me dejan dormir.
Me pregunto por qué busco lo que no puedo encontrar más allá de estas líneas, de las azoteas, de ponerme guapa para nadie si ya no lo hago para mi misma.

El puto sentimiento de no tener nada más que hacer, de no querer ver nada más. Como haber visto todo sin haber visto nada, y no querer verlo.
Una mala semana, diría en otra ocasión. No comprendo por qué nada es suficiente teniéndolo todo.

Ni siquiera puedo quejarme. Quejarme por vicio. Eso si que me gustaba.
No tengo ganas de hablar con nadie, ni mucho menos de escuchar. No tengo ganas de dormir ni de estar despierta. No quiero la vida de otros, no me interesa la mia.

Me olvido de seguir el ritmo de la música con los pies, de escribir esta entrada que no pretendía ser un maldito diario.
Me olvido de olvidar y se me llena la cabeza de ideas estúpidas que había decidido no recordar. Recuerdo el pasado y sé que no fue mejor. Yo era mejor, no el resto.

Necesito que me preguntes como estoy, decirte que mal y que no preguntes más.
Necesito que se me pase este puto inconformismo, tragarme el nudo de mi garganta y viajar...lejos, lejos de esta ciudad que me ahoga.

No volver a reirme sin ganas, prescindir de todo aquel que me sobra, no soltaros nunca. Porque estoy cansada. De actuar, de ver siempre más allá.
Quiero sentimientos opacos, pensamientos translúcidos y miradas transparentes.
Y lo quiero ya.

martes, 3 de noviembre de 2009

Hombres verdes.
Llego a tiempo en este día de suerte.

Tic tac.
Unas horas y verte.

Mi casa para dos.
Recorreremos todos los rincones, cuadraremos las esquinas.

Tiramos y pasa la corriente.
Eléctrica, magnética.

Camisa de cuadros y la estación de la libélula.
Sintonizo y pasamos a los ochenta.

Una vez y dos más.
Primando más que las primarias.

Me olvido de la métrica.
En este mundo de locos mis órdenes son el (un) caos.

Volvernos animales.
Romper los relojes y hacer nuestro propio horario.

Sin rutina.
Lo que el cuerpo aguante mientras no nos soportamos.

Veinte pavos.
El precio de mi creatividad se marca en el estrecho.

No haré un final.
Sólo sería un bis de estrofas absurdas, metáforicas, solitarias.

lunes, 26 de octubre de 2009

Te miro.
Luz entre las rendijas de tu persiana.
Ojos entreabiertos.

Te sueño.
Suspiros y fantasía bajo mis sábanas.
Respiración entrecortada.

Te escucho.
Nueve números acortan la distancia.
Manos heladas.

Te espero.
Círculos viciosos se dibujan en los andenes.
El corazón se une a la garganta.

Te deseo.
Noches encontrando más de lo que nos perdemos.
Piernas de hiedra.

Te tengo.
No saber donde acabas tú y donde empieza el resto.
Mente anestesiada.

Te quiero.

martes, 6 de octubre de 2009

Quedarse quieto es un efecto dominó.
Sueños a golpe de cañón;
ver como uno tras otro van cayendo.

Tu locura y mi cobardía se dan la espalda.
Te lo diría con una mirada;
cambiamos los papeles en la distancia.

Una decisión que dolerá cada mañana.
Aunque fuera la acertada;
en este último momento no tiene valor.

Insuficiente cualquier cosa que haga.
Y no, no digo nada;
porque callarme es la opción más fácil.

sábado, 26 de septiembre de 2009

¿Juegas?
En un ¡chas! acabamos con la distancia.
Con mis miedos.

Paciencia infinita por Navidad.
La idiota de siempre se equivoca una vez más.
Se acaban los perdones.

El puto egoísmo me impide pensar.
Dejarse llevar es un invento de los que jamás lo intentaron.
Tropezar y caer.

Sólo se salva lo que sentimos.
Cómo nos miramos, cómo nos reímos, cómo enloquecemos.
Querer y poder.

Lanzarnos a la piscina.
Dejarlo todo es ganar mucho más, si estamos juntos.
Lo importante es participar.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Asómate a la ventana de la irrealidad.
Te prometo el infinito mientras nos fumamos un piti a medias.
Añádele condimento.

Nos ahogamos en mi copa.
No hace falta respirar si me echas un par de hielos.
Yo te ayudo a quemar la noche.

Subamos el volumen.
Daremos envidia a los vecinos una vez más.
Quizá un par de ellas.

Sobre una pared de ladrillo.
Maullidos mientras nos arrancamos los vestidos.
Hagamos de los días madrugadas.

Acabemos en el tejado.
Nos repartimos las estrellas en esta noche de dos lunas.
Oscuridad si cierras los ojos.

Fuguémonos antes de que despierte.
Se desvanece tu recuerdo, tú ya no protagonizas estos sueños.
Yo elijo empezar de nuevo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Cubículos alineados en mi carrera por la vida.
Liberándome de hierros y ataduras,
como en cierta película que quiero olvidar.

Porque todo me recuerda a ti y a lo que fuímos.
Al todo y al nada.
A tu sol y mi sombra.

Vaivén en orillas de plata.
Sin rumbo más allá del horizonte,
en esta tierra de secano.

Acabar con los candados...
Comunismo de sentimientos,
a la hoguera con mis contradiciones.

Volverme loca.
Mis bolsillos llenos de arena me arrastran al suelo.
Los relojes oxidados, en sus horas se perdieron.

¿Para quién robé el tiempo?
Aquí sola, escribiendo,
renuevo la certeza de estar acompañada.

domingo, 30 de agosto de 2009

Soy de esas.
Tu palabra de Dios cierra mi boca,
me vuelve insignificante.

Te miraré como te gusta,
anonadada.
Alguien más a quien despreciar.

Inyección de autoestima y a la cama.
Mi estúpida sonrisa vive engañada.
Respiración entrecortada.

No estás ni estarás aquí.
No, más allá de estas líneas.
Me pregunto por qué aún pienso en ti por las noches.

Y si no escribo es porque ya no puedo.
Me has agotado.
Esto es una mierda y no sé como expresarlo.

¿Dónde te lo has llevado?
Yo ya he terminado.
Cero. Nada. Ádios.

lunes, 24 de agosto de 2009

Todo se para.
Como una perla de jabón aplastada entre los dedos y el pecho.
Contra lo duro si sólo quedan huesos.

Un par de palabras y te pierdo.
Ni tú ni yo lo entendemos.

Cambiamos de canal.
Al blanco y negro.
Al antes de ti, al después del resto.

Lo niego.
te niego, te busco, te pierdo.
Tú no miras y yo te espero.

De nada sirve sino te tengo.
Pero te quiero.Te quiero. Te quiero.

jueves, 13 de agosto de 2009

Sentimientos en negrita,
calcamonias que duran lo que estos besos.

Cortos y rápidos para no coger demasiado de ti,
para no quedarme con ganas de menos.
Para no darle importancia.

No era el momento, pero no me arrepiento.
Ni tú tampoco.

Nadie ha ganado el juego.
Nadie ha perdido.
Nadie lo ha intentado, ni lo va a intentar.

En medio de la nada,
allí donde se mojaban nuestras pestañas.

Confusión.
Nada de ignorarse,
ignoremos lo qué pasó y también lo que pase.

Y esta noche...
que el granate decida, y nos lleve a dónde quiera.

lunes, 10 de agosto de 2009

Silencio perturbador,
azoteas encaladas,
calles vacías...
Hombres heridos al son de un popurrí de sensaciones.

Cuando el amor es la guerra,
Nuestra guerra.
Mi guerra.
Armadura y hasta los dientes.

Cambio cejas por sonrisa.
Junio se llevó la ilusión de una ilusa.
Y sí, la caída fue terrible.
Saltar al vacío sin despertar
antes de estamparme contra el suelo.

Mariposas sin primavera.
Se vuelven infinitos los plurales.
Me sobra la piel en este verano.
Jirones en balde.

Transparencia absoluta.
Largas noches en sombras lejanas rehuyéndose en mi mirada.
Ojoscerrados, demonios de mi misma.
De esta puta cabeza que no se caya.

Guardando los colores,
perdiéndolos donde en otros se reflejan.
Donde tú no estás, sin haber un tú.
Sin haber un yo.

Ni siquiera tengo una mitad.
Tú mereces mucho más que eso.
A alguien que se reconozca en el espejo,
que no cambie cada mañana.

No al caballo de Troya,
piñata de hombres escondiendo un corazón de madera.
Incapaz de sentir, de amar...
pero...explícame entonces por qué sufre.

lunes, 27 de julio de 2009

Error en la pantalla.
Uno más uno suman demasiados.
Y no sé cómo parar,
ni siquiera sé cómo empezar.

Estas pilas me duran demasiado,
tú me dueles aún más.
Puta confusión que provoca esta claridad.
Cobardía cuando retiro la mirada.

Y miedo, más miedo que nunca.
A perder, a ganar, a decidir, a cambiarlo todo.
El riesgo siempre era para el resto,
a mi nunca se me dio bien elegir.

Tal vez con un par de palabras...
¡házlo, idiota! ¡quieres hacerlo!
Dices que no sientes nada, porque nunca has sentido nada así:
el vacío de no tenerme, como me he ido resbalando porque has sido incapaz de sujetarme.

Porque eres el más cobarde entre los cobardes.
Porque eres aún más orgulloso que cobarde.
Y yo soy imbécil. La peor de todos y todo...
y ya he hecho demasiado daño.

Lo siento.

miércoles, 22 de julio de 2009

No hagas planes,
disfrutemos este momento.

Sóplame en la nuca.
Hazme cosquillas,
donde y como tú quieras.

Demasiado calor
si me derrito en tus manos,
aún más, si siento tu aliento.

Te reto a un duelo:
tú y yo contra el tiempo.

Susúrrame un "te quiero",
no lo oiré si lo atrapan mis dedos.
Yo también lo siento. Te siento dentro.

Quédate quieto.
Enséñame el cielo y cúbreme de besos.
Funde mi corazón de hielo.

viernes, 17 de julio de 2009

Mátame lento.
Tal y como lo hacías.

Ahoga mi silencio colándote en mis noches.
Destrozando mis días.

Ensucia esta melancolía.
Acaba con todas estas ilusiones.

Volvamos al siempre y al nunca.
Al quiero y no puedo.

Regresa y llévate todo esto.
Amaneceres sin vida.

Vivamos en negro.
En oscuridad, en lágrimas, en compañía.

Y ahora olvídalo.
Quédate donde estás y deja que siga.

miércoles, 15 de julio de 2009

La ciudad está vacía.
Rostros inexpresivos y sentimientos sepultados
más profundo a cada minuto.

Torbellino de polvo en mi desierto.
Calendarios en rojo en la pared,
tachando los días que no nos quedan.

Se convierten en años si no nos vemos,
en siglos si no te escucho,
en eternidad si no te siento.

De noche, el tiempo retrocede en mi cama.
Me convierto en una manzana con gusano
y me devora tu recuerdo.

Cógeme antes de que toque el suelo.
Necesito volver a tu burbuja,
a perderme en tus manos.

Contigo conseguí olvidar,
sin ti, vuelvo a recordar, revivir, remorir, resufrir...
y sólo quiero vivir nuestro momento.

Estoy harta de echarnos de menos.

lunes, 22 de junio de 2009

Mierda, mierda y mierda.
Me atropellan dos palabras.

Las que esperaba, las que aún no me atrevo a decir.
Sacar un cero en ciencia cierta.
Sentir a tu lado.

No quiero que me malinterpretes,
no quiero arrepentimientos. Ni tuyos, ni mios.
Siempre sería pronto, siempre es ahora.

Confusión y ambigüedad.
Entre lo que tengo y lo que no tendré nunca.
Los momentos interminables y los que acaban antes de empezar.

Todo termina en un par de días:
esa casa, los dos y lo que ya no sucedía.
Solucionar las dudas en tu almohada.

No quiero más promesas rotas.
Julio sólo tiene un día más de lo que hemos tenido nosotros.
Demasiado, si ya te echo de menos...

jueves, 18 de junio de 2009

Vivir una muy buena racha.
Aún así, no poder evitar pensar en la caída.

¿Y si todo es mentira?
Sacarina para quitarme el mono.
Jamás conseguiré desengancharme.

Todo es como debería ser,
como lo hubiera deseado hace apenas dos semanas,
hace apenas tres horas.

Sin embargo, el mismo puto vacío,
el saber que no podré llenarlo.
Nunca me gustó la perfección.

Creo que esto era ser feliz, a mi manera.
Me pregunto si existe la felicidad más allá de los momentos.
Contados con los dedos de una mano, esparcidos en el tiempo.

No me gusta que me salgan tan bien las cosas.
Ni tener todo tan claro.
Ni poder controlar lo que siento.

Soy de perder la cabeza,
de regalarla.
Y no de que la pierdan por mi.

Pero si la suerte me ha devuelto la sonrisa...
¿cómo no voy a seguir sonriendo?

miércoles, 17 de junio de 2009

Me gustan:

Las casualidades,
la barra libre y los martes;
los jueves, o los sábados...

Los chicos con apellido de discoteca y
el olor a bloque de hielo.
Incluso cuando cambian de nombre,
y después calientan.

Compartir y vivir para hacer amigos.
El mirador del Birdland y
que se rían de mi hierba.

Ver películas a medias y
no dormir en toda la noche.
Recibir mensajes de camino a casa.

Ser espuma y malta y
reir al reconocerlo.
Después un sol y sombra doble.

No ser consciente del tiempo,
y que siempre se me haga poco.
No pensar en el que nos queda.

Quiero:

Recordar nuestros nombres.

Que el algodón dulce no impida nuestro saludo.

Recibir un dibujo después del verano.

Seguir sonriendo.

Jamás hacer planes.

lunes, 15 de junio de 2009

Te extraño.
La costumbre es peor que estar mal acostumbrado.

Caricias sin fin en un fin de semana.
Se acabaron las chinchetas,
ahora tú me sujetas la sonrisa.

¿Cuántos grados tienes?
Que más da si es junio o enero,
me sobran la ropa y las paredes.

Abre la ventana,
quizá te embriague un aroma a cerveza de frambuesa.

Corre ahora que podemos.
No te agarres fuerte,
esto no se nos va a ir de las manos.

Es nuestro momento.
No voy a pensar en pasado mañana,
y espero que tú tampoco.

¿Te apetece un zumo?
...vamos a exprimir los días que nos quedan...

domingo, 14 de junio de 2009

Condensemos el ambiente.
Dejemos que la lluvia compita con el sudor.
Hagamos nubes de algodón de azúcar.

Nada de dulzura.
Aquí sabemos a lo que venimos,
a volvernos totalmente locos.

Si no lo tienes claro...
te cambio sentimientos por corchetes.
Nos abrochamos y mediodías de agosto.

Ignorar a junio y quizá, ignorarnos.
Jugar al no me importa y gastar las noches.
Hacer la guerra.

Vivir al máximo los últimos cinco minutos.
Desenlace.
Sin acabar espachurrando al gato bajo la lluvia.

Nos despedimos con dos rombos,
y nos dejamos de corazones.
O mejor recurrimos al hasta pronto...

viernes, 12 de junio de 2009

Un día, despiertas y descubres que bien está esto de vivir.
De buscar y no encontrar.
De dar por perdido y que te encuentre a ti.

Dibujar una sonrisa y dejarse la coraza en casa.
La gomaespuma es mucho mejor.
Y más, en neón y comestible.

Buena música y volver a ser una niña con mis zapatos más viejos.
Mirar por la ventanilla y descubrir nuevos colores.
Dejar de ver y empezar a creer.

Darme media vuelta en la cama y que me sujetes para no caerme,
o que me empujes y nos lo montamos en la alfombra.
De ahí ya no nos caemos.

Y pasar de comer, de dormir...le damos a la vida del rockero.
Una copita y un cigarro con condimento bajo el sol. Bajo la luna.
Después empaparnos con el resto de la botella.

Romper con la vida y quedarse sus bienes.
Bueno, le dejaremos lo correcto...¿lo correcto?
La tristeza y los bostezos. Soñando no se tiene sueño.

¡Mira, mira, mira qué sonrisa!
Y si pierdo me da igual,
lo importante es participar.

jueves, 11 de junio de 2009

Llegó junio.
Inocente fachada que oculta los escombros.
Sacarina para un invierno que perdura.

Reforzando tu coraza.
Pierdes la confianza y la paciencia.
Al corazón le faltan cremalleras.

Dale tres vueltas.
Rosas creciendo por goteo.
Pódalas antes de que se marchiten.

Lo sabes.
No es tu problema. Aún no.
También sabes que no lo será nunca.

Y miedo, mucho miedo.
A equivocarte, a empeorarlo, a olvidar,
a recordar, a arriesgar.

Tengo la solución:
hazte la sorprendida y juega.
Juega. Juega. ¡Juega!

domingo, 7 de junio de 2009

Desconecto, y a lo mío.
Tuberías y desconchones.

Manos ocupadas por hábitos poco saludables.
Vicios. Vicio.

Un regalo para los oídos.
Uno tras otro.
Desafinando hasta quebrarme.
Al cabo de dos copas sueno mejor que bien.

Viva la noche. Muerto el aburrimiento.
Encuentra mi mirada, aplastemos el humo.

Nos amordazamos y
empezamos esta guerra.

Caer y levantarme.
Concedámonos este baile,
mañana estará aún más oscuro.
El pecho a cien. Los dos a mil.

Niebla.
Compartiendo y viviendo.

Artilleria pesada.
Corre la cortina y baja la persiana.

jueves, 4 de junio de 2009

Sucumbir a las ocho y cuarenta y un minutos.
El tedio te acompaña.

Un día de tantos. Vacíos. Inconclusos. Falsos.
No es realidad si tus sueños son otra cosa.
Si realmente no te importa.

Cuando soñar y vivir son verbos en desuso.
Si la monotonía despereza tus mañanas.
Veinticuatro horas de más y peor. Mucho peor.

Llamadas de madrugada.
Microrrelatos de esperanza.
Cuatro paredes atrapando lo abstracto.

Renunciar.
Las palabras nos quedan grandes.
Acordes de silencio.

Regresar al arte de silla y pantalla.
De papel y lápiz.
De pincel y tu cara.

Un botón.
Off.
Y dibujar con la derecha el ádios definitivo.

domingo, 17 de mayo de 2009

Mirándote.
Verte con ojos de desgana.

Fúnebres pestañas acariciándote en una mirada.
Rodeada por un manto oscuro,
que tejo en noches sin luna.

Llenas de incondenables asesinos silenciosos.
Espirituosos contra un espíritu cansado.
Más batallas perdidas.

Giros sin retroceso.
Ángulos completos en el tiempo.
Imparable.

Biorritmos emancipados.
Vidas a su lado mientras duren.
Duelen, sienten, huyen.

Y mañana será otra noche.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Olas de humo dibujadas en el asfalto.
Invitándome a dormir diez minutos más.

Motores en marcha, corazones apagados.
Gran ciudad.
La rutina va sobre ruedas.

Flashback.
Nos quedamos a medias al pasar la rotonda.
Adrenalina y taparse los ojos.

Recuerdo el eco en el pecho,
el aire caliente en el oido,
las sorpresas, bienvenidas y despedidas.

Como los coros de Suspicious Eyes pillándome
desprevenida.
El último cigarro de ayer es el primero de la mañana.

Mirar atrás sin pasado.
Eligiendo la amnesia retrógrada,
como la monja o la alcahueta.

Equivocarse en la trinchera.
A golpe de piedra.
Y acabar en tu boca de lobo.

lunes, 27 de abril de 2009

Paso a paso.
De camino adonde el grito y el silencio se funden en eco.
Donde todo va en cursiva.

Antes. Después. Mientras el vivir se vuelve muerte.
Líneas rectas, puras, perfectas. Perpendiculares y paralelas dibujando los límites del cielo.
Entre lo finito y lo infinito.

Conteniendo el aire. La respiración.
Asomándonos al para siempre. A lo que quedará cuando ya no estemos.
Enfermiza naturaleza. Vengativa mente.
Apagarse es tan odioso como necesario.

Caminar hacia ninguna parte, recordar a los grandes, descubrir a los no tan nuevos.
Viviendo a través de otros. Rellenando nuestra existencia con las miserias de quienes están peor.
O eso creemos.

Doblando la esquina.
A unos metros de lo que llamaría hogar, si supiera lo que eso significa.
Colmena de los que irónicamente nos llamamos humanos.

Cruzar sin mirar.
Perdiendo el sentido cuando aflora una nueva palabra.
Enlazándola con la anterior. Una tupida telaraña de pensamientos enraizados.

Indiferencia.
Tropezar y seguir adelante. Sin muecas estúpidas para el que mira.
Centrada en el más allá del más acá .

Con una contestación entre manos a otro puto mensaje cargado de preguntas.
La indiscreción desafiándome de nuevo.
Demasiada amabilidad me gasto. Me gasta.

Concentración.
Preguntándome por lo secreto.
Lo que es para mi, y lo que será para el resto. Cuando lo privado se vuelve público.

Recorrido directo.
Del corazón, al córtex, y de éste al intestino. En diez minutos.
Contesto. Pon la boca. Todos contentos.

Abrir la puerta.
Regresar a los rincones. A la poesía.
Al Gozo del Tacto.

miércoles, 22 de abril de 2009

Necesito alcohol, tabaco,
drogas duras, blandas...autodestruirme.

Me superas casi tanto como me supero a mi misma.
Dudas más o menos existenciales no adecuadas para la supervivencia.
Conflictos emocionales taladrando el córtex,
zumbido en los oídos, temblor de piernas.

Lágrimas que pelean por quedarse junto a las pupilas,
olas dibujadas en ojos grises, parpadeando.
Más líquidos. Fluídos que recorren nuestro cuerpo y nos alborotan el alma.
Furtivos. Soñadores.

Esclavos de pasiones mal apagadas.
Brasas de cintura hacia abajo,
enloquecer hasta quitarnos la ropa.

Sudor, muelles, vantanas mal cerradas.
Manos que se avalanzan, que arañan, que engañan.

Melómanos al compás del colchón,
del cabecero contra la pared del vecino.
De tu garganta.

Cambiar los colores de la noche. Del blanco al rojo.
Ojos cerrados de hedonistas despreocupados.
Sin mañanas.

domingo, 12 de abril de 2009

Días de pasión, o de falta de ella.
Normalidad, caos y vacío con el tiempo de la mano.
A partes iguales.

Descuartizando lo impartible. Lo imperdible.
Metros o kilómetros.
Rarezas.

Imperdonable.
Poco a poco. Te quedas fría.
Lo niegas. Te niegas.

Piensas y evitas pensar.
Pero ahí queda.

Lo que siempre está y no se ve.
Sólo cuando alumbra lo oscuro.
Lo de siempre. Humo y alcohol para todos.

Confusión y caprichos. Quizá daño.
Y todo como hace años, tantos que no recuerdas cuántos.

Abrazos y risas.
Con el escudo de las miradas cuando estamos cerca.
Y siempre seremos nosotros.

Inevitablemente, la certeza del error.
Sin fin, ni llaves.
Despistados profesionales.

Luego me desdigo, me arrepiento de pensar. De pensarlo.
De jugar. Y de que participes.
Y tú también; lo sabes, lo sé.

miércoles, 1 de abril de 2009

Choque inesperado en lo inimaginable.
Con el traje negro que roba todas las mañanas. Los hasta luego.

Ahora o nunca. Amaneceres dudosos con bandeja de plata.
Diciendo las cosas sólo cuando acecha la fecha de caducidad.
Quedándonos con ganas de más.

Desorden en todo cuánto eres. Si es que eres algo, si es que eres alguien.
La corrosión interna de las batallas perdidas.
Como inversas serpientes cibernéticas.

Variables incongruentes. Nadie las espera.
Y ahora eres Nadie.
Lotería ganada si compras todas las papeletas.

Advertencias que ya no burlan a la muerte.
A tutiplén en el cenicero.
Vasos aún más llenos.

Repartes.
Te llevas la mejor parte.
Satélites que giran en torno a la normalidad más absoluta.

Y morirte.
Una sola vez.
Letal. Como el veneno de Alice Cooper.

No sentir. No soñar. No escribir.

lunes, 23 de marzo de 2009

Sólo una dirección en el camino.

Si quieres nos saltamos el stop de tus muñecas.
Donde el blanco me vuelve azul. Donde mienten los colores.

A toda velocidad por donde los árboles bailan en el valle de tu pecho.
A un paso del mar donde la galerna provocará mi naufragio en tu boca.

Nadar hasta la orilla, donde me vuelvo marinera.
Donde el viento curte la piel que hoy despellejas.

Y allí degustar el salitre de tus besos.
Aunque dure lo que la arena entre mis dedos.

Después anidaré en tu pelo. En la cima de mi cielo.
Rodeando los ojos de luna que cerrarás salpicando la noche de estrellas.

Reflejándose en las gotas de sudor de tu espalda.
En el lago de tus mejillas, antes apagadas.
Con los semáforos en rojo.

Espeleóloga de tu ombligo.
Revolviendo lo que colorea la ladera.

Tomaré el atajo del cruce de tus piernas.
Esfumándome en el túnel al son de los pitidos.

lunes, 16 de marzo de 2009

Sólo esta noche.
Deja que me cuele en la burbuja de la curiosidad. La que me aterra.
Observándote por la mirilla prohibida. Encarcelando la imaginación.

Encerrando el pasado que se acurruca bajo la escalera. Como un niño asustado por los ruídos del final del pasillo.
Del amor de ese sótano que mañana será buhardilla.

Con vistas a tus ojos.
Mirando adonde se escapan las palabras, donde golpean los besos. Donde explotamos.
Como las pompas de jabón que dibuja este baño de mentes.

Que mañana flotarán en el olvido. En la mediocridad más absoluta.
En lo oscuro, como el fondo de un océano.
La mente en blanco y los ojos en negro.

Ensoñaciones que nos desnudan y se olvidan por la mañana.
Que disfrazamos al día siguiente para hacerlas más llevaderas.
Quitamiedos en curvas peligrosas.

Y tirar la llave.

domingo, 8 de marzo de 2009

Bajo sábanas de la misma cama. La misma habitación.
Las mismas manos. Y ahora, extraños.

Acaricias mi espalda y luego desabrochas. Subes, te acercas.
Aún más. Me sé la historia.
La respiración sube el volumen y el ambiente se condensa. Dudas.

Bajas. Recorres mi cintura y vuelta a empezar.
Dudas. Para.
Deseo. Niebla. Sigue.

Repasando tiempos mejores para sólo pasarlo bien unos minutos, quizá horas.
El tiempo no importa si estás en el pasado.

Sin caretas, si apenas nos miramos. Yo no.
Nos conocemos de sobra. Desabrochas.

Empezamos. Seguimos. Seguimos siguiendo. Paramos.
Sin hablar. Se acabaron los besos. Presente.

Abrocho. Me miras y sonríes. Pienso.
Ojos vacíos que retiran la mirada.
Que no ven. El corazón no siente.

Directamente al lugar donde se olvida todo.
Donde el agua te borra. Sobresaliente quizá.
Me lo sé bien. Te lo sabes aún mejor.

Mitad del viaje en silencio. Lanzas un par de preguntas incómodas.
Al final. Amistad, dices. Amistad, digo.

No volverá a pasar. Pienso. Precipito. Huyo. Te explico.
No quiero volver. No necesito repasar tiempos mejores.
Ni razones, ni significados.

Me siento bien, para que engañarme.
No me arrepiento, no tengo remordimientos. No se pueden tener sin sentimientos.

Me bajo. Tabaco. Sonrisa.
Amigos. Sin sexo. Con seso.
Y risas. Millones de risas.

lunes, 2 de marzo de 2009

Alegrándose el camino o no.
Un cruce de miradas en un autobús. Un ataque directo dirigido por el aburrimiento, el cansancio o, en algunas ocasiones, porque queme la retina y bombardee ahí arriba, donde están los instintos y los sentimientos. Aunque les pese a los románticos.
Una mano sobre otra, escalofrío, retirada y estallido. Desconocidos.

Paradas en el camino, mientras la vida no para. El tiempo, castigado, se quedó sin recreo.
Exhibicionismo musical pocas veces agradable. Muy pocas veces.

Imágenes, imaginación. A dónde irá y de dónde viene.
Macedonia de pensamientos aflorando en blanco y negro. Cine.

Móviles en manos de sus dueños como si fueran a recibir la llamada que todos esperamos. Leyendo atentamente los carteles de las tiendas del barrio o algún periódico gratuito que podría acabar limpiando sus posaderas.
Detalles escatólogicos en mi redacción que no aprobaría mi profesor de primaria. Ni nadie que me interese.

Dedos que repiquetean sobre la carpeta. Sinestesia. Antes rosa y ahora azul.
Anónimos cubiertos por gafas oscuras, alguna voz más alta que otra.
Conversaciones supuestamente privadas escuchadas por curiosos que, en alguna ocasión, no quieren serlo.

Otros, jodiendo. En el peor sentido de la palabra. En el molesto.
El que aún así, me permite pensar. Más oculto que el blanco o el negro.

Lamarck decía que si un órgano no se usaba, con el tiempo terminaba atrofiándose.
Pues sabes que te digo, que te jodan. No, perdona, que me jodan a mí y que esta vez lo hagan bien, o regular...no vaya a ser que tengas razón.
Pero en el buen sentido. Sin censura.

domingo, 22 de febrero de 2009

Necesito algo rápido, como un flash o un flechazo.
Una inspiración simultánea a la explosión de serotonina voluntaria.

Partiendo de uno y no de cero. Sin objetivos y con la mente llena de banalidades.
Luchando por lo que hago y por quien lo hago; por y para mi misma.

Atendiendo a lo verdaderamente importante, eso que desdibuja la típica expresión de tristeza acumulada.
Ese saco de alegría tamizado con levadura para pasteles. Dulces. Momentos. Suspiros y risas. Con o sin compañía.

Proponiendo un cambio en el estado de ánimo condensado en el lugar donde se pierde la cabeza. Entre las costillas. Sin recovecos ni recuerdos.

Viviendo el momento. Sonriendo a la lluvia y al viento. Disfrutando de como el frío de enero entumece mi espalda. De como el pelo me roza la cara.
Del sol de invierno, aunque sea el más engañoso de todos.

Lanzando furtivas miradas a viandantes desCONCERTados acostumbrados a encontrarme contando los adoquines de la plaza. Sin miedos ni tapujos. Con o sin alma.

Como las ramas de los árboles rozando el techo del cielo.
Como las nubes que se cuelan tras las montañas.
Como los roedores voladores que destrozan mi fachada. Desnuda.

Extraña forma de reflejar la felicidad la mia.

martes, 17 de febrero de 2009

Fuiste tan efímero como infinito.

Un segmento atemporal en una vida definida por la monotonía.
Algo así como una cabezada en el cine, algo que no se perdona. Un conflicto emocional.

Como me dijeron una vez, otro más de mis quiero y no puedo. Un intento de intentar el intento de intentarlo. Una pose en el rincón de las causas perdidas. Un post-it en la nevera.

Mi voz resonando en la cabeza, cúmulo de emociones mal expresadas y palabras mal escritas. Caóticos juegos de luces mentales revoloteando en hojas de un cuaderno de propaganda. A veces incluso escritas directamente sin orden ni sentido.

Caos.
Un nuevo sentimiento, otro de tantos sentimientos diferentes. Ninguno como el anterior.
Eso fuiste. Una bolsa de caramelos esparcida en el recuerdo.

Me rozaste la vida dejando una herida de esas que no duelen. No porque sea superficial, sino porque hacen que te sientas viva. Como raíces que se cuelan bajo las sábanas y te retuercen hasta el éxtasis.

Melodias atonales y fotografías borrosas que reflejan tu paso breve, pero intenso. Ruído de pasos que se alejan mientras las manecillas del reloj rugen un tic-tac sordo, hueco.
Sin partituras, ni imágenes, sólo reflejos. Espejismos en arena de desierto. Sabores que se mezclan con el olor a café recién hecho.

Fuiste mucho más, y sin embargo no fuiste nada.
No, si aún no te he conocido.

domingo, 8 de febrero de 2009

Hoy no me levantaría de la cama. De hecho, creo que no lo haría jamás.

Me protegería del mundo bajo las sábanas y si el sueño me lo permite viajaría a lugares desconocidos, donde el sol me ciegue cuando intente ver más allá.
Llegando al horizonte, viviendo en esa línea.

Así, intentar conformarme con lo que tengo sin perseguir ningún deseo estúpido y ocasional. Aunque lo que tenga se me haga nada.

En un lugar donde no existan los "te quiero" falsos ni el resto de mentiras. Donde no haya barreras ni medidas. Ni estúpidas promesas que al final siempre acaban rotas.
Efímeras palabras que se pierden en el tiempo.

En donde nada se haga por el simple hecho de que siempre se ha hecho así.
Pensar no cuesta si eso es lo que te preocupa. Nada de lo importante cuesta.
No hablo de esfuerzo.

Donde todo tenga sentido por sí mismo, sin tener que buscarle el más apropiado a mis intereses.
Ilusiones cobardes por miedo a fallar. Por miedo a vivir.

Aquí estoy, arropada con sábanas de orgullo y mentiras. Sin fuerzas ni ganas de nada.
El insomnio impide el viaje, y yo no sé volar.

jueves, 5 de febrero de 2009

Necesito llorar, limpiarme por dentro.
Estornudar mis miedos y pensamientos.

Ver correr el agua sobre el asfalto, olerlo. Con el ruido y las luces de la ciudad aparentemente dormida de fondo.
Empapándome el pelo y ablandando mis ideas.

Abrir la boca hacia el cielo y tragar la lluvia al respirar. Correr y chapotear en los charcos mientras salpico al tipo que pasa.

Seguir llorando y cantando hasta que se me empapen los huesos. Sentir el agua en los zapatos.
Retirarme el pelo mojado y enredado de la cara.

Gritar. Gritar aún más alto.
Locura húmeda, Amy en mis cascos y el negro que tizna mis mejillas.

Llegar a casa y mojar esta hoja escribiendo.
Con una sonrisa. Escupiendo.

domingo, 1 de febrero de 2009

Podría volverme loca corrigiendo este texto hasta el infinito.
Añadiendo cosas nuevas y tachando una y otra vez aquello que me desnuda.

Pensando detenidamente las palabras para tratar de evitar lo que verdaderamente siento.
Poniendo en la piel de otros las cosas que me duelen y reflejar que soy un cúmulo de contradiciones y errores que se esconde ante cualquier espejo.

Negando mis sentimientos y viviendo de ilusiones por miedo a mi misma y al sufrimiento que me provoco.
Sé que me voy a equivocar, así que, ¿qué sentido tiene cohibirme?¿Por qué no decir todo lo que siento o pienso?
Quizá lo hago inconscientemente y creo, como la tonta que soy, que nadie se da cuenta.

Porque sentir no es lo mismo que pensar. Y ni sentir, ni pensar, son lo mismo que actuar.
Pero estoy acostumbrada a dejar las cosas pasar,
y que así nunca pasen.


lunes, 26 de enero de 2009

Tengo un día de mierda.
De mierda en el amplio sentido de la palabra.

Para lo único que abres la boca es para joderme la vida; para regocijarte de mis problemas y para cubrirme con los tuyos.
No hace falta que defeques tus ideas sobre mi. Prefiero mis cagadas porque son mias, así que puedes irte.

Tampoco me hace falta que recuerdes todos mis errores, ya pienso demasiado sobre ellos y he llegado a la conclusión de que el perdón es sólo una palabra que me haría sentir mejor, pero que no arreglaría nada.
Si lo hiciera sería por ti, para que me dejes en paz. Porque hasta que no has vuelto, no me iba tan mal.

Me gustaría saber que clase de dependencia ejerces sobre mi, si es sólo masoquismo o caridad. O si, por el contrario, has conseguido que me trague inconscientemente uno de tus monólogos mientras creía pensar en cosas que merecían realmente la pena.

Podría gritarte esto y no volver a verte. Pero no es mi estilo. Además creo que no quiero hacerlo, no puedo.
Mejor optaré por lo de simpre, por oirte sin escuchar, y por mirarte viendo más allá. Como alguien que no ha tenido suerte en la vida y cree ser la voz de la experiencia.

Te compadezco, eso es todo.

jueves, 15 de enero de 2009

Llamamé incrédula o dime que he perdido la fé. Yo creo que jamás la tuve.
No me obligues a creer en cosas que no entiendo, ni me obligues a seguir ideas que me parecen absurdas.

Creo que tienes miedo.
Sabes que no necesito aferrarme a lo desconocido para darle sentido a la vida.
Puede que incluso me tengas envidia.

Para mi, la vida tiene sentido por sí misma, sin objetivos ni finales eternos.
Al fin y al cabo, no creo en la eternidad.

Mueren las flores, los sentimientos, las emociones, las personas...
Porque las personas también mueren.
Al menos, para mi, se mueren y punto.

No sé lo que son los pecados, ni entiendo que vivas cohibida por algo que no sabes si existe.
Por eso voy a aprovechar mi vida al máximo siendo fiel a mis principios. Tú puedes quedarte sentada.

Yo no voy a perder tiempo, porque mi vida no es eterna.
Y si tuvieras razón y lo fuera, lo que me espera después de abonar un ramito de margaritas, no es nada bueno.

Así que de momento voy a emborracharme, a fumar todo lo que me apetezca y quizá a conocer a una persona con la que disfrutar juntos de esta noche, puede que de la de mañana, y si tu Dios quiere, de lo que nos quede de vida.

lunes, 12 de enero de 2009

Dame un papel y un lápiz, y siéntate.
Hoy estoy inspirada. Llevo siglos sin escribir, pero hoy sí; sólo, si vuelves a ser el de antes.

Pasemos horas hablando de cine, música..., hazme fotos cuando no me dé cuenta, toca nuestra canción con la guitarra, pasemos una tarde entera en el sofá...
Recordemos tus sueños, o aún mejor, intenta recuperarlos.

Dejaste que la vida monótona que tanto odiabas se apoderase de ti. Pero tú eras diferente, o eso parecía.
¿Dónde están aquellas ilusiones? ¿Qué hay de tu prosa poética y de tu futura carrera musical?

Recuerdo como te brillaban los ojos cuando hablabas de esos proyectos, y lo serio que sonaba oirte decir que jamás serías uno más.
Te has hecho mayor. Correcto para la mayoría.

Me gustaste desde el principio; con la camiseta desgastada de tu grupo favorito, el cigarro entre los dedos y esas gafas de pasta que sólo te quedaban bien a ti.
Hace tiempo que dejaste de fumar, y sólo escuchas música en la radio del coche de camino al trabajo. Hace años que no tocas la guitarra.

Cuéntame cómo has llegado hasta aquí, y porqué me has arrastrado contigo. ¿O fui yo?
Da igual, escribo mañana.
Hoy seamos jóvenes de nuevo...o juguemos a serlo unas horas...que es domingo.


domingo, 11 de enero de 2009

Por cada mechón que cortabas, sentías como te ibas liberando de él; y así, de una parte de ti misma.

No estabas como para derrochar.
Todo lo que un día formaba parte de ti se había ido perdiendo: la alegría, la risa, las ganas de empezar de nuevo... Ese optimismo contagioso.

Decías que estabas vacia.
Era absurdo oirte decir que una persona lo era todo para ti.
Existías antes de estar con él y existes ahora. No busques excusas para no empezar de nuevo.
¿Qué queda de quién eras antes?

Todo, por malo que sea, va haciendo tu vida más llena.
Se va llenando con buenos y malos momentos, personas, recuerdos, despedidas.
No digas que estás vacia.

Sabes que no puedes ocultártelo durante más tiempo. Él no te quiso.
Te gustaría ignorarlo; pero eso, también es experiencia.

Sigue adelante.
Eres más sabia. Tu vida está un poco más llena.
Mírame

jueves, 8 de enero de 2009

Sedúceme.
Muéstrame un nuevo mundo.
Róbame el sueño.
Emocióname.
Haz que quiera volver a verte.
Créame adicción.
Hazme volar.
Déjame mirarte de principio a fin.
No me decepciones.
Haz que disfrute contigo.
Sorpréndeme.
Descúbreme cosas nuevas.
Hazme pensar.
Déjame meterme en ti.
Conviértete en algo imprescindible.
Sé un buen recuerdo.
Permíteme formar parte de ti.
Créame ilusiones que no me duelan mañana.
Deja que copie tus palabras.
Róbame el tiempo libre.
Acuéstate y levántate conmigo.
Hazme sentir.

Nada como la sensación después de haberse leído un buen libro.

martes, 6 de enero de 2009

Insomnio.
Asesino de sueños, pirómano de retinas.
Luces que parpadean lapidando las pestañas al amparo de la madrugada.

Carcelero de la noche, destructor del día.
Quiebras el ánimo y robas la hermosura refugiándote en el ocaso.

Silencio. Soledad.
Suspiros y cambios de postura,
seguidos por continuas miradas al tiempo que avanza rápidamente.

Pensamientos nocturnos que se mezclan y confunden con los sueños conscientes, que aún así son sueños. Los únicos que permites.

Buho a mi pesar. Criatura de la noche a la que no dejan volar.
Sé mis alas. Sé mi sueño.
Y jamás me desveles con tu ausencia.

domingo, 4 de enero de 2009

La vida no es más que un gran juego de construcciones.

Nos encanta empezar cosas nuevas, aunque muchas veces las derribemos antes de acabarlas.
Aunque iniciemos una nueva construcción con una gran ilusión, puede torcerse y acabar desmoronándose.
Otra veces hacemos obras aparentemente perfectas, admiradas por muchos, pero con el tiempo nos aburrimos de ellas y acabamos derribándolas para empezar de nuevo.

Cuando era pequeña recuerdo que me esforzaba mucho en hacer torres altísimas, que casi arañaran el cielo.
La verdad es que aún conservo esas inquietudes arquitectónicas. Ayudada por la imaginación, creo construcciones que en un principio, considero eternas.
Ya ves, yo hablando de eternidad.
Pero nadie puede desafiar ni a las leyes del tiempo, ni al espíritu destructor de algunos humanos.

La imaginación, aunque necesaria, nos suele llevar al equívoco, éste a la ilusión, y la ilusión a la ostia. Y luego, a volver a imaginar.
En mi caso, por muchas veces que realice ese camino, no me doy cuenta hasta que estoy en la ostia.

Quizá se deba al espíritu destructor del ser humano -en mi caso autodestructivo- o puede que sea porque como se suele decir el hombre es el único animal que tropieza dos (o más) veces con la misma piedra.

Yo prefiero atribuirlo a la imaginación, por sentirme un poco mejor conmigo misma.
Y sino, siempre me quedarán la pólvora y la dinamita.

sábado, 3 de enero de 2009

Hoy sólo soy hielo, cristal cortante en los ojos que ya no pueden llorar.
El cuerpo se quedó frío, muerto. El corazón dejó de bombear desde aquel fatídico día.
Pero no te culpo.

Tan sólo superé los 0ºC cuando me abrazabas, o cuando me abraza cualquiera con quien pueda imaginarte.
Estoy segura. Nací para amar. Para complacer. Para ti.

Dime tú el sentido que ahora tiene mi penosa vida. No te calles. Dilo. NADA.
Y sin embargo, no pierdo la esperanza de encontrar a otra persona. Me niego a mi misma que todo acabará contigo.
Motorizabas mi vida, pero no te culpo.

Las personas frías están mal vistas por la sociedad. Pero ya no puedo amar, ni siquiera recibir tan sólo un poco de amor, que al fin y al cabo es el sentido de mi vida.
No es tu responsabilidad. Y no te culpo.