sábado, 30 de enero de 2010

Miro atrás. Izquierda, derecha.
Piso un montón de recuerdos cubiertos de brea.
Tomo un atajo, puentes intracraneales.
Me deslizo. Sigo pegada al suelo.
Realismo versus inconformismo.
Ilusiones que dieron paso a una mente plana.
No veo más allá. Cerrada.
Necesito salir de esta ciudad de piedra.
No me gusta el oro. Siempre tan fría.
Un puñado de días. Falta poco.
Prosopagnosia fingida.
Cristal. Todos miran.
Me sumerjo. Tengo miedo.
Cuando salga, no sabré respirar.

jueves, 28 de enero de 2010

Estás ahí.

En las sombras, en el silencio.
En el sol de las mañanas que no veo, en las noches sin luna.
En los bares más oscuros, en las claras de cerveza.

Cuando me siento pequeña, cuando sueño que me rodeas.
Cuando pienso en mañana, cuando recuerdo ayer.
Cuando me emborracho, cuando aún estoy serena.

Si duermo sola, si estoy acompañada.
Si lloro por otro, si escribo moñadas.
Si lo doy por perdido, si gano en el resto.

No sé como coño echarte. Sé qué te echaría.

viernes, 22 de enero de 2010

Esto es un billete de ida. Tú ya estás de vuelta de todo.
De vuelta, y media copa más.

Tengo una cosa pendiente. Colgarte de un hilo.
Te prometo buena música de fondo.

Mala ostia creciente.
Demasiados días sin dormir.
Demasiadas noches.

Cambiamos números por nombres. Lotería de hombres.
No quiero que me toques.

Sigo en mis siete. Estoy tan convencida.
Te mataría, no me tientes.

Más mentiras.
De lo malo lo peor.
Malo inocente.

Dile que la quieres. Dímelo a mi también.
Díselo a la vecina y a tu abuela.

Lo agradecerán más que yo. A mi me sobra.
La gilipollez. Sí querido.

lunes, 18 de enero de 2010

Le veo. Se dilatan mis pupilas. Me río. Sería gracioso decir que no es lo único que se me dilata en este momento.
Pienso fríamente en quien lee esto. Hace tiempo que perdió el anonimato. Empieza el desencanto. Nunca fui encantadora, ni pretendí serlo. Soy molesta, una mosca cojonera dando por culo.
Decadencia nocturna. Insalubridad diurna. Juegos de palabras no aptos para menores de dieciocho, ni para más de dos jugadores. En mi cabeza.
Si todo lo controlan los putos relojes, no sé donde acaba la obligación y empieza el pasarlo bien. Le faltan horas a la noche. Me sobra enero y necesito un par de julios.
Enloquecer en un concierto. Quitarme la ropa. Rock and ron. Algo de lo de siempre.
Me estoy haciendo vieja. Maldita sea.

domingo, 17 de enero de 2010

Miles de puntos infinitos.
Sombras distorsionadas que se aclaran cuando me acerco.
Me asusto. Me voy tan lejos.

Vuelvo a caer.
Las reglas y las camisas están para romperlas.
Botones. Fronteras.

Hacer y deshacer.
Un vuelco más dentro, encuentro un atajo y salgo huyendo.
No hay destino. Hay camino.

Soy un buen equipo.
"Peor sola que bien acompañada"- dije un día.
Rectifico. Maldita inconformista.

Rozaron el límite.
Todos y cada uno de los que compartieron.
No le voy a buscar. No existe.

viernes, 8 de enero de 2010

No era un día para salir ni para estar en casa.
Era un día para soñar con la noche venidera.
Para uno de esos sueños en los que vuelas, que yo nunca he tenido.
Libertad. Plenitud. Demasiado Freud para un día tan negro.
Tirando a grisáceo. Aceras color grana, donde los necios echan un cigarro sentados en el suelo.
En plan indio. Con o sin pluma.
No sé que tengo, ni que no tengo. Hambre, frío, sueño. Ganas de calentar la cama de un ángel con sexo. A eso se reduce todo. Lo que ves, lo que escuchas, de lo que hablas, por lo que ries, lo que esperas.
No puedo arrepentirme, maldito bastardo. Ni siquiera te quiero.
Por eso pienso emborracharme hasta perder el conocimiento. Nada de conocimiento, soy lerda.
Mediré mis palabras. Haz tú lo mismo. Te ayudo: gilipollas son diez letras.

lunes, 4 de enero de 2010

Columna de humo en el cenicero.
Un supiro y me desvío.
Jamás caeré.
Taquicardia y momentos soporíferos.
Cuatro risas en cinco minutos.
Me enciendo.
De tantas formas me miras.
Sigo desCONCERTada.
Estoy donde siempre.
No tengo una conversación decente.
Miente sin mente hasta que reviente.
Estoy demente.
Escondo la cabeza debajo de un ala.
Confundo la A con un uno y tantas cosas más.
Otra vez los colores.
Ya no me gustan las casualidades.
Ni mala suerte, ni malas rachas.
Lo que existen son las putadas.
Al menos advierto de mis artes.
Perder la dignidad por amor.
Arte y más arte.
Reparte.