Te miro.
Luz entre las rendijas de tu persiana.
Ojos entreabiertos.
Te sueño.
Suspiros y fantasía bajo mis sábanas.
Respiración entrecortada.
Te escucho.
Nueve números acortan la distancia.
Manos heladas.
Te espero.
Círculos viciosos se dibujan en los andenes.
El corazón se une a la garganta.
Te deseo.
Noches encontrando más de lo que nos perdemos.
Piernas de hiedra.
Te tengo.
No saber donde acabas tú y donde empieza el resto.
Mente anestesiada.
Te quiero.
lunes, 26 de octubre de 2009
martes, 6 de octubre de 2009
Quedarse quieto es un efecto dominó.
Sueños a golpe de cañón;
ver como uno tras otro van cayendo.
Tu locura y mi cobardía se dan la espalda.
Te lo diría con una mirada;
cambiamos los papeles en la distancia.
Una decisión que dolerá cada mañana.
Aunque fuera la acertada;
en este último momento no tiene valor.
Insuficiente cualquier cosa que haga.
Y no, no digo nada;
porque callarme es la opción más fácil.
Sueños a golpe de cañón;
ver como uno tras otro van cayendo.
Tu locura y mi cobardía se dan la espalda.
Te lo diría con una mirada;
cambiamos los papeles en la distancia.
Una decisión que dolerá cada mañana.
Aunque fuera la acertada;
en este último momento no tiene valor.
Insuficiente cualquier cosa que haga.
Y no, no digo nada;
porque callarme es la opción más fácil.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)