martes, 23 de febrero de 2010

Dan un paso por ti y retrocedes tres.
Me tiemblan las manos antes de verte;
en cada resaca.

Escríbeme un nuevo guión.
Soy la protagonista de tus batallas;
títere o marioneta.

Eras director y personaje.
La cobardía ya no quiere cuentas conmigo;
aquí mando yo.

Coleccionas oportunidades perdidas.
He inventado tantos finales felices;
nuevas temporadas.

Silencio. Silencio. Silencio.
Ruedo. Por el suelo.

lunes, 15 de febrero de 2010

Hay paraiso sin compromiso.
Eso pensaba ayer. Me aburro.
Del mundo en general y de la gente en particular.
No sé si es por la falsedad de los mensajes de cumpleaños, o porque hoy he alcanzado el límite.
Me siento tan sola y no sé si quiero estarlo.
Paso de fingir. No, no quiero estarlo. Nunca he querido. Es tarde para cambiar. Ya son demasiados los años. Pesan tanto las palabras que no escribo, que me va a explotar la cabeza.
Joder, un día más para intentarlo. Todo son trabas. Nunca había escrito esa palabra.
Fiebre, paranoia. Deliro. No soy quien escribe, soy lo que callo.
Llenaría el universo de puntos suspensivos para no decir nada. Tan solo brillarían de noche. El mismo cielo si inclinas la cabeza. También me pesa el cielo.
Maldita canción. Dile a este sentimiento que no me oprima el pecho. Me cuesta bastante respirar siendo un cenicero.
¿Y si muero? No quiero saber lo que me dirían hoy. El silencio es el único que no miente. En él se refugian los cobardes para no mentir.

lunes, 8 de febrero de 2010

Divago.
Me tuerzo, jamás avanzo.

Pienso.
Me siento más y más inútil.

Me levanto. Me siento. En todos los sentidos. En todas direcciones. Voy a oscuras. También por dentro. Corazón de cuero; piel y hueso. Caliente en verano, frío en invierno. Incomodidad. Me sobran tantas cosas. La ropa, las paredes, el cielo que veo por la ventana. Tanta gente. ¿Quién se salva?

Estar sola tampoco me reconforta. No quiero pensar demasiado. Me hago tanto daño. A los demás, aún más. Al negarme a querer al resto, me olvidé de cómo aceptarme. De cómo luchar con esta cabeza loca, repleta de pensamientos incoherentes, falsos. Roedores hambrientos de sesos.

Maslow y su autoestima. Me olvidé de tantas cosas. No recuerdo cuántas, no recuerdo qué, dónde o cuándo. Más me preocupa el cómo y el por qué. Cómo y por qué lo consiguió. Cómo lo hizo. Por qué lo reconozco.