miércoles, 6 de mayo de 2009

Olas de humo dibujadas en el asfalto.
Invitándome a dormir diez minutos más.

Motores en marcha, corazones apagados.
Gran ciudad.
La rutina va sobre ruedas.

Flashback.
Nos quedamos a medias al pasar la rotonda.
Adrenalina y taparse los ojos.

Recuerdo el eco en el pecho,
el aire caliente en el oido,
las sorpresas, bienvenidas y despedidas.

Como los coros de Suspicious Eyes pillándome
desprevenida.
El último cigarro de ayer es el primero de la mañana.

Mirar atrás sin pasado.
Eligiendo la amnesia retrógrada,
como la monja o la alcahueta.

Equivocarse en la trinchera.
A golpe de piedra.
Y acabar en tu boca de lobo.

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