Condensemos el ambiente.
Dejemos que la lluvia compita con el sudor.
Hagamos nubes de algodón de azúcar.
Nada de dulzura.
Aquí sabemos a lo que venimos,
a volvernos totalmente locos.
Si no lo tienes claro...
te cambio sentimientos por corchetes.
Nos abrochamos y mediodías de agosto.
Ignorar a junio y quizá, ignorarnos.
Jugar al no me importa y gastar las noches.
Hacer la guerra.
Vivir al máximo los últimos cinco minutos.
Desenlace.
Sin acabar espachurrando al gato bajo la lluvia.
Nos despedimos con dos rombos,
y nos dejamos de corazones.
O mejor recurrimos al hasta pronto...
domingo, 14 de junio de 2009
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