Soy de esas.
Tu palabra de Dios cierra mi boca,
me vuelve insignificante.
Te miraré como te gusta,
anonadada.
Alguien más a quien despreciar.
Inyección de autoestima y a la cama.
Mi estúpida sonrisa vive engañada.
Respiración entrecortada.
No estás ni estarás aquí.
No, más allá de estas líneas.
Me pregunto por qué aún pienso en ti por las noches.
Y si no escribo es porque ya no puedo.
Me has agotado.
Esto es una mierda y no sé como expresarlo.
¿Dónde te lo has llevado?
Yo ya he terminado.
Cero. Nada. Ádios.
domingo, 30 de agosto de 2009
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Adiós.....ju
ResponderEliminarLaura.