martes, 8 de diciembre de 2009

Cruzo en rojo, me niego a esperar a que se abran las paredes.
Me cansé de este duermevela, de caminar sin rumbo, de mantener la velocidad.

Vertederos intrapersonales perdidos de la mano de quien que todo lo ve.
Piso los andenes mientras busco la salida más lejana a ti; a este paseo.

Chorros de agua fría colman el vaso, recorren mi espalda.
La fantasía y la realidad se unen para crear un horizonte infinito.

Los sueños siguen siendo sueños, existen aunque no los tenga.
Demasiado cansada para estar despierta, demasiado despierta para descansar.

Me marean las líneas del suelo, me ahoga el cielo si está cerrado para mi.
Ángeles pecaminosos, chaqueteros, desertores.

Me llevan, me voy.

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