jueves, 29 de marzo de 2012

Rojo como el fuego.
Tocado por la suerte.
Te arañaban un par de chimeneas.

El ocaso de los girasoles.
Como quien esquiva una mirada
y tropieza con una piedra del camino.

Hipnótico duelo de luces y sombras.
Pasean extraños por las aceras.
Se cuela la lluvia por las alcantarillas.

Laten los semáforos.
Fantaseas con que alguien te sigue
y cuentas los segundos para que te atrape.

En una ciudad sin nombre.
En un día sin fecha.
Regresamos a nuestras colmenas sin apreciar tanta belleza.

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