domingo, 8 de febrero de 2009

Hoy no me levantaría de la cama. De hecho, creo que no lo haría jamás.

Me protegería del mundo bajo las sábanas y si el sueño me lo permite viajaría a lugares desconocidos, donde el sol me ciegue cuando intente ver más allá.
Llegando al horizonte, viviendo en esa línea.

Así, intentar conformarme con lo que tengo sin perseguir ningún deseo estúpido y ocasional. Aunque lo que tenga se me haga nada.

En un lugar donde no existan los "te quiero" falsos ni el resto de mentiras. Donde no haya barreras ni medidas. Ni estúpidas promesas que al final siempre acaban rotas.
Efímeras palabras que se pierden en el tiempo.

En donde nada se haga por el simple hecho de que siempre se ha hecho así.
Pensar no cuesta si eso es lo que te preocupa. Nada de lo importante cuesta.
No hablo de esfuerzo.

Donde todo tenga sentido por sí mismo, sin tener que buscarle el más apropiado a mis intereses.
Ilusiones cobardes por miedo a fallar. Por miedo a vivir.

Aquí estoy, arropada con sábanas de orgullo y mentiras. Sin fuerzas ni ganas de nada.
El insomnio impide el viaje, y yo no sé volar.

2 comentarios:

  1. Hola tocaya!
    Me ha gustado mucho esta actualización... hablas de una utopía realmente apetecible.
    Pero detrás de todo eso negativo de lo que hablas se encuentra la otra cara de la moneda. Para descubrirlo hay que desacerse de las sábanas de los ojos :)

    un beso!

    ResponderEliminar
  2. lo esencial es invisible a los ojos...eso dicen...
    :)

    ResponderEliminar