martes, 17 de febrero de 2009

Fuiste tan efímero como infinito.

Un segmento atemporal en una vida definida por la monotonía.
Algo así como una cabezada en el cine, algo que no se perdona. Un conflicto emocional.

Como me dijeron una vez, otro más de mis quiero y no puedo. Un intento de intentar el intento de intentarlo. Una pose en el rincón de las causas perdidas. Un post-it en la nevera.

Mi voz resonando en la cabeza, cúmulo de emociones mal expresadas y palabras mal escritas. Caóticos juegos de luces mentales revoloteando en hojas de un cuaderno de propaganda. A veces incluso escritas directamente sin orden ni sentido.

Caos.
Un nuevo sentimiento, otro de tantos sentimientos diferentes. Ninguno como el anterior.
Eso fuiste. Una bolsa de caramelos esparcida en el recuerdo.

Me rozaste la vida dejando una herida de esas que no duelen. No porque sea superficial, sino porque hacen que te sientas viva. Como raíces que se cuelan bajo las sábanas y te retuercen hasta el éxtasis.

Melodias atonales y fotografías borrosas que reflejan tu paso breve, pero intenso. Ruído de pasos que se alejan mientras las manecillas del reloj rugen un tic-tac sordo, hueco.
Sin partituras, ni imágenes, sólo reflejos. Espejismos en arena de desierto. Sabores que se mezclan con el olor a café recién hecho.

Fuiste mucho más, y sin embargo no fuiste nada.
No, si aún no te he conocido.

1 comentario:

  1. un intento de intentar el intento de intentarlo

    simplemente todo genial!

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