jueves, 14 de agosto de 2014

Recuerdo y me tuerzo.
Tropiezo con un futuro izquierdo.
No hay papel ni tijera. Nadie pierde. Nadie gana.
Una piedra en mi camino y otra en su tejado.

Proyecciones en un espejo cóncavo con cristales tintados.
Reflejando oscuridad frente una ventana cerrada.
Números y relojes parados en un cuadro de tonos ocres.

Un par de pies fríos y desnudos sujetando el suelo.
Sentada en el borde de la cama. Vacía. Deshecha. Por dentro.
Huesos y besos gastados que no saben a nada. Que no saben nada.

Mejorando el silencio.
Negras y corcheas colándose en los muros.
Humeantes mantas arrugadas. Como la piel tras un largo baño.
Espuma saliendo de nuestras bocas.

Inútiles recuerdos y excusas infravaloradas.
Suficientes para dar un paso en otra dirección.
Con los ojos cerrados todo son esquinas y meñiques.

"Es mentira" repiten estas manos.
Preguntas trascendentales prendieron todos los libros y definiciones.
Nadie encontrará sentido. Justificarán el sufrimiento.

¿Y qué queda?
Escuchar sin oír para vomitar otra frase.
Sumar intentos y fracasos. Y si otros...
Ya lo habrán contado.

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